Amarnos a nosotros mismos es el gesto de amor más hermoso que podemos brindarnos. Es el amor más importante que debemos sentir, dar, cultivar, cuidar y abrazar. El amor propio abarca ser amable contigo mismo, por lo que te abstiene de juzgarte y te conlleva a perdonarte, comprenderte, valorarte, honrarte, liberarte, reconocerte y aceptarte desde una nueva perspectiva de amor incondicional.
El amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y al amarnos a nosotros mismos reconoceremos nuestras virtudes y abrazaremos nuestros defectos con amor y compasión. Amarnos nos hace conscientes de quiénes somos, es la base para el crecimiento personal. Esto nos lleva a priorizar nuestras necesidades emocionales, mentales, físicas y espirituales.
Cuidar de nosotros mismos nos hace ser más empáticos, compasivos, pacientes y respetuosos con nuestros procesos y se extiende hacia los demás. Practicar el amor propio te permitirá ser bueno contigo mismo, y ser un mejor ser humano.
El amor propio nos lleva a sentir amor incondicional, pero cuando hay autocrítica se manifiestan emociones y sentimientos limitantes, como la inseguridad, el miedo o la culpa, alejándonos de nuestra verdad.
¿Y cómo podemos aprender a amarnos? Empezando por amarnos por encima de todo, sin juicio alguno. Trascendiendo la dualidad que nos genera aquello que no aceptamos de nosotros y transformándolo en amor incondicional.
Te compartimos pasos que te harán enamorarte de ti y amarte incondicionalmente:
¿Quien soy? Es lo primero que debemos reconocer en nosotros. Nuestro Yo Soy nos hace ser una persona única, especial en nuestra esencia, que es la que nos diferencia de los demás y desde aquí empieza el camino de autoconocimiento para enamorarnos de nosotros.
Acéptate tal como eres. Aquí comienza a florecer el amor incondicional, puesto que empezaremos a abrazar cada parte de nuestro ser, trascendiendo el juicio, y las expectativas propias y ajenas. Aceptarnos requiere de valor.
Sé amable y compasivo. Una vez que nos aceptemos, habrá características negativas que antes rechazábamos y que hoy las abrazaremos para transformarlas en virtudes que nos generen felicidad y plenitud con nuestro ser. Por ejemplo, si reconozco en mí envidia, bajo autoestima, miedos, infelicidad, y sentimientos de escasez, es importante entender la raíz de estas emociones.
Vuelve a tu esencia. La esencia de la vida es el amor. Durante la vida vamos recogiendo información que nos va alimentando nuestro Yo Soy, y sin darnos cuenta almacenamos información constructiva o destructiva para nuestro ser. Sentirnos no merecedores promueve sentimientos como la envidia, y aunque parezca difícil de creer, a través del amor, podemos transformar el anhelo por lo ajeno, en inspiración y merecimiento para materializar nuestros sueños.
Trabaja el perdón. El amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede, porque el amor es la esencia de la vida. Albert Einstein
Cree en ti. El amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites y tú eres amor.
Ámate, ámate, ámate como nunca imaginaste amar y amarás a toda la existencia. “Como es adentro, es afuera”. (Ley de la correspondencia)
Amarse a uno mismo es el amor más importante y duradero de nuestra vida. Es el inicio de una historia de amor eterno, que nos permite alcanzar la felicidad y vivir libres de juicios, miedos e inseguridades. Abre tu corazón y conecta con tu ser. Recuerda quien eres.